Trastorno de angustia
Se conceptualiza como la presencia de crisis de angustia (conocidas como ataques de pánico) recurrentes e inesperadas. Al menos una de ellas va seguida de preocupación persistente de que aparezcan nuevas crisis y sus consecuencias, que dura mínimo un mes.
Las crisis de angustia consisten en la aparición repentina (ya esté la persona tranquila o nerviosa) de un miedo o malestar intenso que alcanza su máxima expresión en cuestión de minutos.
Durante ese periodo de tiempo se producen síntomas como: sudoración, temblores, palpitaciones, aceleración de la frecuencia cardíaca, sensación de ahogo o de desmayo, mareos, escalofríos o calor sofocante, parestesias, miedo a volverse loco, miedo a morir (es común que lleguen a pensar que van a morir de un ataque cardíaco, lo que les pone aún más nerviosos).
Estas crisis pueden ser inesperadas o esperadas. Cuando va pasando el tiempo se van haciendo más frecuentes, porque el factor desencadenante de las crisis suele ser el miedo a los propios síntomas de ansiedad (generando más nerviosismo cuando cree que van a aparecer los síntomas); actuando como un círculo vicioso.
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